domingo, 9 de diciembre de 2012

La llamada

Andrés recorre la hermosa avenida, llena de árboles a ambos lados de la calzada, el trayecto lo realiza cada tarde para volver a su casa.
Hoy se le ha hecho algo tarde, en esta época del año (diciembre), empieza a oscurecer muy pronto.
Las farolas no se han encendido, seguramente será por ahorrar energía, corren tiempos difíciles, él,(piensa), a su edad los a visto pasar de todos los colores. De pronto cree oír una voz,pero sigue su camino. La noche se ha convertido más cerrada, algunas sombras juegan con su imaginación, le hacen ver seres terroríficos - sabe que son matorrales, que solo es su cabeza que crea figuraciones.
Alguien le pide auxilio, es la misma voz que creyó oír.
-¿Quién es?, ¿dónde está?
-Auxilio, buen hombre.
Parece que viene de aquel árbol -se dice para sí – que extraño nunca me había fijado en el. Hasta juraría que no estaba anteriormente.
Andrés se va acercando al lugar desde donde proceden las voces, se dirige algo angustiado, un sudor frío le empieza acorrer por la espalda.
Distingue la sombra de la cabeza del hombre que pide auxilio, no se aprecia nada más.
-Dios que deforme es el hombre,se dice mientras de va acercando, quisiera ir más rápido pero algo le impide moverse, sus pasos son muy pesados, algo le impide aligerarlos, esto le crea una sensación de terror, incluso tiene un ligero temblor, a pesar del frio las perlas de sudor asoman por los poros de su frente.
Ahora comprende por qué no puede avanzar más deprisa, el pánico se lo impide. La voz lastimera, de tono penetrante, le sigue llamando, algo a cambiado, se oyen murmullos de más voces casi inadvertidas, al unisono, como un eco que repiten la misma frase – venga buen hombre, por favor, acérqueseee -.
Ahora quisiera marcharse, salir corriendo hasta su casa, hay algo que no comprende y sin embargo no puede retroceder, igual que un imán atrae al hierro él se sentía atraído.
Está a un paso del árbol, es un seco tronco centenario con ramas nuevas, muerto y resucitado, cree ver más cabezas en el viejo tronco, unas nuevas ramas se ha enganchado a sus ropas y lo atraen, distingue perfectamente los rostros de seres diabólicos que forman parte del tronco, mientras es engullido por un hueco de él, incapaz de emitir un sonido.
El viejo tronco tiene una protuberancia nueva que asemeja un rostro humano y una verde rama nueva.

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