miércoles, 24 de febrero de 2016

El administrador del Tiempo


El Sr. Alfredo, tenía su oficina llena de relojes, relojes de bolsillo, relojes de muñeca, relojes despertadores, relojes de arena, relojes que funcionaban a cuerda, relojes que funcionaban con pilas, relojes automáticos, que no funcionaban.
En la entrada de la casa, un magnífico reloj de sol sobre el letrero que define su negocio, “SE VENDE TIEMPO”.
No le entraba clientela alguna, pero él llevaba todos los archivos actualizados, ya sea el último nacimiento o la última muerte que se producido en la aldea de Corpiño, incluso los que enfermaban, los que se iban del pueblo y luego volvían o los que tenían “el Meigallo”.
Desde la ventana de su despacho ve un día tras otro llegar los autocares de fieles y turistas que van al Santuario de Nuestra Señora de O Corpiño.
Un buen día entro un cliente.
Buenos días ¿en qué puedo servirle? Le pregunta el Sr. Alfredo.
El hombre bien vestido, con sombrero, de tez morena, ojos profundos, con perilla bien arreglada terminada en punta, no contesta, mira detenidamente el impresionante panorama de relojes, al fin con una sonrisa responde – buenos días.
Vengo a comprar algo de tiempo, ¿qué me puede ofrecer?
El que necesite, ¿Cuánto piensa estar por aquí?
Lo justo para llevarme unas almas.
Coja el que quiera, ya sabe que me ha de pagar con el 10 % de su trabajo.
El cliente firmó un documento y salió del comercio. Una vez en la calle ando treinta pasos se juntó con los visitantes del autocar número 666, miró hacia atrás con una sonrisa irónica y fría, lo único que los demás veían era el cementerio de Corpiño de donde un hombre bien vestido había salido, no había ninguna otra edificación más.

16 de febrero de 2016
José Portillo

Luna Llena


Siempre actuaba por las noches con luna llena.
Había cambiado de residencia, no quería ser descubierto.
Sus "víctimas" solían ser chicas jóvenes, cuando llegaba la medianoche, cambiaba su aspecto, era una transformación
en cinco minutos se había convertido en otro, en un....
Tuno que le cantaba canciones de amor bajo la ventana de una joven desconocida. Era su obsesión.

José Portillo

martes, 19 de enero de 2016

CONCURS DE MICRORELATS DEL MMB: EL MILICIANO

CONCURS DE MICRORELATS DEL MMB: EL MILICIANO: Estaba arrepentido, nunca quiso entrar a formar parte de las Milicias Antifascistas de Cataluña, pero ya estaba hecho. Una vida más o menos....