miércoles, 7 de noviembre de 2012

La castañetera

En una Avenida de un pueblo hay unos chicos que asan castañas para su venta. Me quedo mirándolos y observo lo jóvenes que son, serán alumnos de algún instituto, su ropa acorde con la temperatura del día, no son de abrigo, camisetas de manga corta y otras de manga larga, uno lleva los pantalones muy bajados, mostrando los sucios calzoncillos, (se habrá limpiado las manos en ellos, hay muestras del negro carbón).
Recuerdo el contraste con los años de mi juventud, me viene a la memoria....
Voy entre los viandantes con el brazo rodeando el hombro de Marlene, y el de ella por detrás de mi cintura, nos apretujamos sintiendo nuestros cuerpos, hace frio y tenemos las manos heladas, el frio hace salir el vaho de nuestras bocas. Nos acercamos a una caseta que hay en la acera de la calle, hecha de chapa y madera, en la puerta sentada en una silla hay una señora , vestida de riguroso negro y con un pañuelo en la cabeza que deja ver su pelo cano asomando por la frente.
La mujer de vez en cuando atiende la humeante parrilla del fogón de hierro, en donde se asan unas enormes castañas. Las que ya están hechas, las aparta con sus tenazas pero sin retirarlas del calor, están preparadas para la venta, (una vez frías cuesta mucho pelarlas). Le pedimos una paperina de estos sabrosos frutos secos, la castañetera las cuenta y nos las sirve mostrando las curtidas manos con los dedos llenos de tizne, no pede el importe en pesetas.
Durante un momento Marlene y yo sujetamos la paperina con las cuatro manos, sintiendo como el calor se transmite en nosotros, nos besamos y nos las repartimos.
Hay que ver como ha cambiado todo, incluido la temperatura del planeta.

Lo siguiente es del "Custumari Catalá" :
Les castanyeres anunciaven llur indústria amb un crit especial que deia:


"Calentes i grosses; qui en vol, ara que fumen?"


La mainada, per fer-les enfadar, els cridava:

"Petites i dolentes; de les vuit, set les pudentes."

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