Llevo
noches despertándome por culpa de un sueño,, en el que aparece una mujer
cuyo rostro no termina de dibujarse en un cuerpo difuminado.
Me
engulle entre la niebla
que la envuelve, me transporta, en
una nube, sin gravedad,
hasta llegar al
Edén.
Hay
árboles preciosos de fruta exquisitamente dulce, los animales que
nos rodean a pesar de su aspecto fiero son mansos, uno parecido a una
leona se acerca y al
acariciarlo ronronea
igual que un gato. Hay
una paz y felicidad que no se puede describir.
Sus
rasgos sigue sin
definirse, intuyo que es hermosa, percibo su aliento fresco, su olor
a lilas....,
nuestros
rostros están muy cerca,
me atrae cada vez más, no distingo el color de sus ojos ni el perfil
de sus labios, a los que ya no puedo dejar de besar.
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